Rafael Llopis, responsable de la delegación de Aragón Exterior en China, asistió la semana pasada a dos presentaciones sobre el futuro de China impartidas por analistas de The Economist y Trivium en el marco de la Cámara Europea en China.
En este artículo, Llopis expone algunas ideas destacables de las presentaciones sobre lo que se presupone que se está trabajando para el XIV plan quinquenal (2021-2025), los previsibles cambios que afrontará China en los próximos años en aspectos sociales, económicos y en sus relaciones internacionales, así como las oportunidades que podrían surgir para empresas de Aragón.
La construcción del plan quinquenal parte de dudas en busca de solución y de fundamentos muy básicos: tendencias demográficas, de consumo y ahorro, servicios públicos, sectores estratégicos en los que la mano pública debe llevar el peso, selección y apoyo a ‘campeones nacionales’, análisis de la evolución de la cadena de valor internacional, aciertos y fracasos de políticas de países ejemplares (Japón, Alemania y EEUU, fundamentalmente), necesidades futuras en el desarrollo espacial y de infraestructuras del país, así como del sistema de seguridad y bienestar social.
Otra pregunta clave que se propone el plan inicialmente -y que nos concierne directamente- es cómo debería China relacionarse con el mundo desde su posición de liderazgo, ya percibida como tal internacionalmente y no sin cierto recelo.
Los planes quinquenales miran al largo plazo e intentan anticipar el futuro más que reaccionar exclusivamente a problemas presentes. Y el futuro que se entrevé en China traerá: mayor liderazgo de la empresa pública en más sectores estratégicos, más y mejor innovación -si cabe-, movimiento de la economía a actividades de mayor valor añadido, desarrollo de infraestructuras con énfasis en aquellas tecnológicas, medioambiente y energías renovables, políticas activas para el desarrollo de biotecnología…
China se pondrá en serio con la implantación de robótica en todo lo imaginable sin descuidar los efectos sociales que pueda tener (considérese que en 2025 se alcanzará el pico poblacional y, de ahí, descenderá, con todas sus implicaciones).
Se profundizará en la carrera por el desarrollo de la inteligencia artificial, criptomonedas y blockchain en general, así como en las reformas del sistema financiero para abrirlo al mundo y que el mundo se abra al yuan.
Se darán las últimas puntadas al marco legal para la implantación del –muy orwelliano- Sistema de Crédito Social, que afectará notablemente a las empresas y puede tener cierto intríngulis para las extranjeras.
Para el 2025, se supone que el crecimiento del PIB seguirá bajando, el consumo superará a la inversión y el gasto público crecerá un 20%. China exportará un poco menos, y su PIB per cápita crecerá desde los actuales 10.000US$ hasta 14.500US$ aprox. Se esperan mejoras en la red de seguridad social, y una mejor distribución de esa renta per cápita creciente, tanto poblacional como geográficamente.
Vienen años de confrontación entre China y EEUU y el gigante asiático intentará reforzar sus puntos potencialmente débiles, principalmente, buscando la suficiencia tecnológica y alimentaria, e intentando aumentar su integración en las finanzas internacionales (arma de doble filo).
Y China también buscará encontrar un nuevo modo de relacionarse internacionalmente, abrirse a su manera y conformar el marco de entendimiento internacional.
Oportunidades para las empresas aragonesas
¿Qué impacto tendrán todos estos cambios y cómo pueden afectar a las empresas aragonesas? Se pueden extrapolar, en nuestro caso, oportunidades en alimentación magnificadas por los efectos a futuro de la peste porcina local, que llevarán al país a buscar proteína importada de todo tipo e incluso a cambiar hábitos alimenticios, en todo lo relacionado con medioambiente, biotecnología, salud, seguros y tercera edad, educación y cuidado de niños… Y, tal vez, todo lo que hasta ahora haya importado China de los EEUU y pueda redirigir paulatinamente hacia mercados amigos o, en su defecto, neutrales.
En resumen, un montón de gente con una renta per cápita creciente y mayor tendencia al consumo.