Los países nórdicos (Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca) constituyen un área de mercado estable y en crecimiento, que ofrece numerosas oportunidades para las empresas aragonesas, tanto por su capacidad adquisitiva como por las ventajas geográficas y de coste que ofrece nuestro país para la externalización de procesos vinculados a las nuevas tecnologías, los servicios y el turismo (España es su primer destino vacacional fuera de su entorno más cercano).

Debe prestarse mucha atención a la demanda pública, tanto a escala estatal como municipal, dada la extensa red de empresas bajo control público, tanto en el sector energético, como en los del transporte, las telecomunicaciones o el armamento. 

Igualmente, no puede obviarse el gran potencial de la demanda privada de unos países que, sin disponer de poblaciones numerosas (el más poblado es Suecia, con menos de 10 millones de habitantes), sí gozan de elevados niveles de poder adquisitivo. Entre los productos con más potencial dirigidos al consumo privado se encuentran vehículos a motor, aparatos eléctricos, cosméticos, productos frescos en grandes cadenas locales o extranjeras (abiertas a productos extranjeros de alta calidad, que respeten la trazabilidad desde el país de origen), la seguridad alimentaria (especialmente en Suecia), la producción orgánica (su objetivo es alcanzar el 60% de cuota alimentaria ecológica en amplias categorías de producto), el comercio electrónico (en pleno desarrollo y con un gran rendimiento a raíz de la pandemia), la comida para bebés, la moda o los vinos.

El consumidor nórdico está dispuesto a pagar un poco más a cambio de mayor calidad, por lo que en ese sentido se trata de un comprador agradecido y mucho menos sensible al precio que el de otros países.