China abre sus puertas a las importaciones y facilita la inversión extranjera
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Arex organizó ayer un taller práctico en el que se expusieron las oportunidades de negocio y cooperación entre Aragón y el gigante asiático
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Los expertos resolvieron dudas sobre el mercado y cómo afrontar la forma de hacer negocios
11/4/2018. Aragón sumó ayer dos nuevos hitos en su apuesta por facilitar a las empresas de la comunidad sus relaciones comerciales con China: por una parte, Aragón Exterior (Arex) organizó un taller práctico sobre oportunidades comerciales y aspectos legales en el gigante asiático; por otra, la consejera de Economía, Industria y Empleo, Marta Gastón, y el presidente de la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España, Jianjun Liu, firmaron un protocolo de colaboración. Aragón y China están cada día más cerca gracias a estas acciones de conocimiento mutuo, que se han intensificado en las últimas semanas con la celebración del I Congreso ‘Aragón y el mercado asiático’ y la puesta en marcha del grupo de trabajo de Comercio Exterior con China.
«Las empresas aragonesas deben afrontar tres retos en sus relaciones con China: la distancia, que complica la logística pero que Aragón puentea con excelentes conexiones; conocer el marco legal y administrativo chino y, en tercer lugar, comprender las diferencias culturales y el comportamiento de sus consumidores», apuntó Fernando Fernández Cuello, director gerente de Aragón Exterior, en la apertura del taller práctico celebrado ayer, al que asistieron 80 empresas.
Más renta, más valor de los productos importados
Wang Yingqi, consejero económico y comercial de la Embajada de la República Popular China en España, recordó que China comenzó su apertura internacional en 1978: «El mercado chino ha cambiado mucho en estos años: antes no teníamos suficiente comida para nuestra propia población y ahora podemos exportar. Esta apertura supone la segunda revolución del país tras la de 1949». La incontestable hegemonía del país en el comercio internacional entra ahora en una nueva e importante fase: la apertura a las importaciones y más facilidades para la inversión extranjera.
«Vamos a tomar la iniciativa para impulsar las importaciones y el mercado doméstico. Nuestra población ha aumentado su renta y ahora se demanda más calidad, por lo que el precio de los productos es mayor», apuntó Yingqi, que animó a las empresas aragonesas a participar en la I Feria Internacional de la Importación de Shanghái, que se celebrará entre el 5 y el 10 de noviembre y en la que participarán 1.500 importadores. En esta apertura, el consejero económico y comercial de la Embajada de China en España también recordó que el Tren de la Seda que conecta Asia con Europa «ha sido un paso histórico y sus oportunidades van a beneficiar a todo el mundo».
Wang Yingqi también hizo hincapié en animar a las empresas a invertir y cooperar con compañías chinas. «En la década de los 80 comenzamos a abrir la inversión en el país y más de 5.000 empresas extranjeras ya han invertido en China. El país está asegurando un entorno favorable para los negocios y se está acelerando la apertura de muchos sectores como el de seguros o el financiero». Yingqi también se detuvo en uno de los principales temores de las empresas occidentales: «Los derechos de propiedad intelectual están en el centro de atención del gobierno, por lo que estos delitos se van a perseguir especialmente».
‘Early birds’ y ciudades donde empezar a operar
La jornada también contó con la participación de Jianjun Liu, presidente de la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España (CCINCE). Esta organización no gubernamental establecida en el año 2012 integra a 33 empresas chinas que operan en España. «Ayudamos a las empresas chinas pero también impulsamos el comercio bilateral. Tenemos un número limitado de miembros pero cubrimos 20 industrias: bancaria, seguros, comunicaciones, aviación civil, transporte marítimo, construcción, ingeniería y manufacturas de maquinaria», señaló Liu.
«China es un mercado enorme, así que… ¿cómo entrar? La palabra clave es ‘early bird’, ser uno de los primeros. En 5 años se espera que China importe por valor de 8 billones de dólares. En cualquier momento y en cualquier parte de China existe un mercado gigantesco», apuntó el presidente de la CCINCE. Liu aconsejó a las empresas que iniciasen su actividad en el país con una inversión directa, ya sea a través de adquisiciones, de un proyecto Greenfield, ejecutando distintos niveles de inversión….
¿Y cómo elegir la ciudad donde empezar a operar? Liu señaló que existen nuevas zonas piloto de libre comercio en distintas ciudades situadas en la zona sudoeste y en el centro del país, zonas con un desarrollo económico fuerte.
«Otra posibilidad es a través de 19 áreas nuevas (puntos azules en el siguiente mapa) que se empezaron a establecer en 1992 y, a lo largo de estos años, también se han desarrollado mucho», aconsejó.
«Si no se quiere invertir, se puede acudir a la Feria de Importación internacional de noviembre. Es una gran oportunidad para las empresas que quieran entrar por primera vez. Tal vez no consigan un contrato a la primera, pero esa presencia en el mercado dará sus frutos», declaró.
Además de la inversión, Liu también se detuvo en las oportunidades de cooperación, centrándolas principalmente en el interés que despierta Latinoamérica para China -y la posición de puente que ejerce España entre ambas zonas económicas-, así como en la Ruta de la Seda (One Belt, One Road). «China anunció 315 proyectos greenfield relacionados con la ruta y las empresas chinas, sobre todo las estatales, tienen una gran voluntad de cooperar con las extranjeras para trabajar en terceros países a lo largo de esta ruta».
Por último, el presidente de la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España señaló que el yuan «ya está listo para desempeñar una mayor función a nivel mundial. Usar el yuan en el comercio con China puede facilitar que las empresas extranjeras tengan más éxito: el importador chino tendrá un menor riesgo de costes y para los exportadores ofrece más ventajas y beneficios».
Una nueva economía china
Zou Yun, agregado comercial de la Embajada de China en España, defendió cómo la globalización ha facilitado el crecimiento económico mundial y criticó el crecimiento reciente de iniciativas proteccionistas: «Tenemos que lograr que el desarrollo sostenible sea un objetivo compartido por la comunidad internacional y abordar el cambio climático, más igualdad en la distribución de la renta…».
En el nuevo escenario mundial, «la economía china ha encontrado problemas propios: ha entrado en una nueva fase en la que se han intentado solucionar cuestiones como intentar ser más innovadores, tener un crecimiento más equilibrado… El presidente Xi Jinping fijó el objetivo de crear una sociedad próspera y de convertir al país en un país socialista moderno, impulsando la economía digital con la real, el comercio de gama media y alta, y la economía verde y colaborativa. Tenemos que abrirnos en todos los frentes, por lo que la ruta de la seda es una prioridad», apuntó.
«China adopta políticas para facilitar el comercio y la inversión, por lo que crearemos una lista negativa de las restricciones que suponen un problema a la apertura del sector servicios. Todas las empresas registradas en China tienen que tener el mismo trato. E intensificaremos la protección medioambiental. Debemos lograr un futuro compartido con la humanidad con una paz duradera y prosperidad común», remarcó.
Modelos de negocio y cuestiones fiscales
«Las grandes empresas tienen estructuras en las principales ciudades de China, pero este país también es un mercado para las pymes que creen que sus productos tienen cabida. El reto está en ayudar a esas pymes, que tienen multitud de dudas, desde fiscales a cómo abrir una cuenta bancaria. Desde KPMG hacemos más sencilla la internacionalización en el ámbito contable, fiscal, laboral, en la gestión…», apuntó Antonio Fernández, director de KPMG Global Compliance Management Services.
Hasta Zaragoza también se desplazó Justin Fu, senior manager en KPMG China, Europe Corridor, que se encargó de abordar los aspectos fiscales del mercado chino. Fu señaló que en China existen zonas muy desarrolladas en el oeste del país donde las oficinas de Hacienda locales están familiarizadas en la forma de trabajar con empresas extranjeras. «En otros nuevos mercados en China, en el centro del país, existen más oportunidades de negocio pero las oficinas locales no están tan experimentadas. Ahí podemos encontrar distintas mentalidades respecto a los requisitos comerciales», advirtió.
El representante de KPMG China señaló que el gobierno chino quiere reducir las cargas fiscales para facilitar el comercio exterior y la inversión, crear un entorno propicio para las empresas extranjeras. «El entorno de inversión está cambiando, hay un contexto fiscal y contable que está facilitando estas operaciones. Sin embargo, la cuota de mercado de España todavía es muy pequeña».
Fu avisó de que antes de iniciar una aventura en China es necesario valorar todos los costes: «Tienes que tener unas oficinas centrales en China y gente que esté en el país todo el tiempo. Y eso cuesta dinero: alquilar una oficina, contratar personal… China conlleva gastos e impuestos y, cada vez que haces una operación, tienes que tener en cuenta esos cargos». «Lo más importante es ver y conocer las leyes que te afectan en China. No puedes establecer una empresa sin esa información. Por ejemplo, la repatriación de fondos es un procedimiento largo y que requiere mucha documentación. Las empresas que operan en China por primera vez pueden sentir que todo es muy complicado», añadió.
Por último, Fu también señaló que cada año se auditan un 20% de las empresas. «Es un procedimiento normal, no significa que haya algo raro contra tu empresa».
Comprender la cultura de negocios china
Rodrigo Peruyero, abogado del despacho Uría Menéndez, recomendó a las empresas que deben contar con los empresarios chinos, «entenderles, tenerles presentes para expandir nuestros mercados, pero también para considerarles como socios en nuestras empresas».
Peruyero transmitió que el mercado chino no guarda tantísimas diferencias con aquellos a los que están acostumbrados a exportar las empresas aragonesas. Valiéndose de una tabla comparativa, analizó los impuestos -«China está en lo más alto de toda la tabla pero no tan alejada de Francia»-, indemnizaciones por despido -«China compara mal porque es un país muy protector en legislación laboral»-, capital mínimo para invertir, tiempo y coste en obtener una sentencia de primera instancia y comercio internacional.
«En conclusión, China compara muy bien y no se diferencia mucho de lo que las empresas aragonesas ya conocen».
El abogado abordó también cuestiones prácticas en la negociación con empresas chinas: «La cultura china y española no se diferencian tanto. La china y la anglosajona, alemana o escandinava son culturas donde se valora mucho la gestión del tiempo, la planificación detallada y la sociedad está sometida a la ejecución de tareas. En la cultura china el tiempo no se percibe de manera lineal, es más relativo y está orientado a conseguir objetivos».
A la hora de hacer negocios, las relaciones personales priman por encima de todo. «No se van a producir acuerdos si no hay una relación personal previa. Hay que invertir tiempo y recursos en ese contacto personal, que va a ayudar a mantener esa joint venture y salvar los obstáculos. Debemos dedicar tiempo y paciencia antes, durante y después de firmar un contrato».
Peruyero calificó a los chinos como «excelentes negociadores»: «La persona con la que te vas a sentar en la mesa no es la que va a tomar la decisión, es una estrategia de negociación. Los occidentales somos muy directos, pero en China nunca te van a decir que “no”. Hay que saber interpretar ese lenguaje indirecto. En el proceso lineal, la parte china va observando mientras que tú vas haciendo concesiones».
Otro aspecto que abordó el abogado es el de los contratos y documentación, sobre los que dio varios consejos: «Cierras un contrato en inglés y luego hay que traducirlo. Pero una diferencia de término del inglés al chino puede suponer reabrir la negociación». A la hora de redactar los contratos, «estos tienen que tener una cláusula primera donde se detalle por qué se está firmando el contrato, quiénes somos, por qué se ha elegido a la otra parte…. Eso marca el objetivo de lo que ambas partes quieren conseguir y con lo que el chino se va a sentir cómodo».
Peruyero, que recomendó los libros China goes abroad y China goes global para las empresas que quieran profundizar en este mercado, también aconsejó contar con un buen traductor, «pero también buen intérprete. El lenguaje indirecto es muy difícil de captar para un occidental».
¿Y si surgen problemas? « La parte china querrá que se someta a los tribunales de China y la parte occidental buscará un arbitraje internacional. El punto medio satisfactorio es el arbitraje en la CIETAC. Está en China, se utiliza mucho y el panel de árbitros es internacional. Pero tiene que ser el último recurso: si presentas una demanda, es el fin. Ahí se acabó todo. Se interpreta como un fracaso para la parte china y no es bien recibido. Por eso es tan importante la relación personal, que tiene más eficacia que 10 rondas de negociación».
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